Los motores actuales, especialmente los turboalimentados y aquellos equipados con sistemas anticontaminación como FAP/DPF, EGR o catalizadores avanzados, son mucho más sensibles a la lubricación que los motores de hace apenas una década. Esta evolución ha hecho que los aceites Low SAPS ya no sean una recomendación… sino una necesidad para garantizar la vida útil del motor.
Qué significa realmente “Aceites Low SAPS”
Las siglas SAPS hacen referencia a tres componentes del aceite: las cenizas sulfatadas (Sulfated Ash), el fósforo (Phosphorus) y el azufre (Sulfur). Los aceites Low SAPS son lubricantes formulados con niveles muy bajos de estos elementos porque, en los motores modernos, pueden llegar a dañar los sistemas anticontaminación. En resumen, su propósito es simple: lubricar sin ensuciar.
Por qué los motores Euro 6–7 necesitan aceites Low SAPS
Los motores actuales trabajan con temperaturas más altas, presiones elevadas y tolerancias más ajustadas. Además, los sistemas anticontaminación son mucho más sensibles. Un aceite incorrecto puede generar residuos que:
- Obstruyen el Filtro de Partículas (FAP/DPF)
- Contaminan el Catalizador
- Reducen la eficiencia de la válvula EGR
- Aceleran el desgaste de componentes como el Turbo
Por eso, los fabricantes exigen aceites Low SAPS en la mayoría de motores diésel y gasolina actuales, tanto para cumplir normativa como para proteger el motor a largo plazo.
Riesgos reales de usar un aceite incorrecto
Muchos clientes creen que “cualquier 5W30 vale”, pero en motores modernos la especificación es más importante que la viscosidad.
Estos son los daños más habituales en taller cuando se usa un aceite no adecuado:
1. Rotura o saturación prematura del FAP/DPF
Un aceite que no sea Low SAPS genera más cenizas y residuos sólidos. Resultado: Regeneraciones más frecuentes; Mayor contrapresión en escape; Pérdida de potencia; En casos graves, rotura del filtro (reparaciones hasta 2.000 €).
2. Mayor desgaste del turbo
Si el aceite no soporta altas temperaturas o se degrada rápido: Pierde capacidad lubricante; Genera carbonilla en el eje; Aumenta el juego del turbo. El 70 % de las averías de turbo están relacionadas con lubricación deficiente.
3. Consumo de aceite y degradación acelerada
La combustión incompleta de aditivos no adecuados produce: Mayor evaporación; Lodos internos; y reducción del rendimiento del motor.
4. Fallos en la EGR y admisión
Los aceites incorrectos aumentan la formación de partículas y residuos, que terminan en: Obstrucción de la EGR; Pérdida de potencia; Tirones; y mayor consumo.
Cómo comunicarlo al cliente sin tecnicismos
Muchos de estos fallos llegan al taller como “problema del coche”, pero el origen está en un aceite equivocado o de baja calidad.
Para muchos conductores, los aceites son “todos iguales”, y explicar la diferencia entre uno correcto y uno inadecuado forma parte del valor añadido del taller. Una explicación clara y sencilla sobre por qué su vehículo necesita un aceite Low SAPS ayuda a evitar malentendidos, segundas visitas por averías relacionadas y posibles reclamaciones.
Informar al cliente de forma transparente y profesional mejora su experiencia y fidelidad, además de reforzar la imagen del taller como asesor experto en el mantenimiento del vehículo.
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