Sólo España esquiva las caídas generalizadas en un semestre marcado por el retroceso de las matriculaciones.
La primera mitad de 2025 ha sido especialmente dura para el sector del automóvil en Europa, con un desplome generalizado en las matriculaciones de vehículos comerciales. Furgonetas, camiones y autobuses han sufrido un fuerte retroceso en casi todos los mercados clave. ¿La única excepción positiva? España, que sorprende con un crecimiento en plena tormenta.
Según los últimos datos publicados por la Asociación de Constructores Europeos de Automóviles (ACEA), las matriculaciones de furgonetas cayeron un 13,2% en la UE, siendo Alemania (-14,7%), Francia (-12%) e Italia (-11,7%) los principales responsables de este retroceso. España, en cambio, creció un 11,2%, aportando una bocanada de aire fresco en un contexto complicado.
En el segmento de los camiones, la situación fue aún más dura: el volumen total de registros descendió un 15,4%, afectando especialmente a los vehículos pesados y medianos. Alemania lideró las pérdidas con un desplome del 27,5%, seguida por Francia, España e Italia, todas con caídas de doble dígito.
Tampoco se libraron los autobuses, que bajaron un 4,4%. Aunque en países como Suecia y Bélgica las cifras se dispararon (¡+222% y +76% respectivamente!), los grandes mercados como Italia, España, Francia y Alemania cerraron en rojo.
¿Y qué pasa con los eléctricos?
La buena noticia, si se le puede llamar así, es que los vehículos eléctricos van ganando terreno, aunque a un ritmo todavía insuficiente. En furgonetas, los modelos con batería ya suponen el 9,5% del total, un salto desde el 5,8% del año pasado. En camiones, el crecimiento ha sido más notable, liderado por Países Bajos, que casi triplica sus cifras (+187,6%).
En autobuses, el avance también es destacable: un 21,6% de los nuevos registros son eléctricos, con Alemania como motor principal. Eso sí, los híbridos enchufables no levantan cabeza y en algunos casos incluso retroceden con fuerza.
Una transformación a medio gas
El mensaje que deja este primer semestre es claro: el cambio hacia una movilidad más sostenible avanza, pero todavía encuentra muchas barreras. Falta infraestructura, los precios siguen siendo un freno y el contexto económico general no ayuda. Y mientras tanto, el mercado tradicional se enfría a pasos agigantados.
España, por ahora, parece resistir mejor que sus vecinos. Pero en un escenario tan volátil, las sorpresas (para bien o para mal) pueden estar a la vuelta de la esquina.
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